En la época de Jesús, se hablaban al menos dos lenguas locales: el arameo y el hebreo, lenguas habladas o comprendidas por la mayoría de la población. Se usaban también otras dos lenguas “internacionales”: el griego y el latín, en las que se expresaban aquellas personas vinculadas a ambientes de la administración del imperio romano o de la cultura griega.
El arameo, lengua popular
La lengua hebrea, lengua en la que fue escrito el Antiguo Testamento, se usaba de ordinario en la liturgia sinagogal del sábado, aunque no todos los participantes la comprendiesen plenamente. En cambio, la lengua aramea era la lengua familiar del pueblo hebreo de Palestina desde hacía varios siglos. Era la lengua común en toda Palestina y más particularmente en el norte del país, por ejemplo, en Nazaret y Cafarnaún, lugares donde Jesús creció y transcurrió la mayor parte de su vida. También se hablaba o era comprendida fuera de Palestina.
Respecto a las lenguas griegas y latina, las hablaban las personas de una cierta cultura o los administradores del Estado, según lo prueban las numerosas inscripciones de la época.
En 2009, sólo 18 mil personas hablan la lengua de Jesucristo
La lengua que hablaba Jesucristo está al borde de la extinción. En el norte de Siria, los últimos pueblos del mundo que todavía hablan arameo, y que suman unas 18 mil personas, luchan por preservar su lengua milenaria del olvido.
Sean ancianos o niños, cristianos o musulmanes, los habitantes del pueblo montañoso de Maalula, 50 kilómetros al norte de Damasco, están orgullosos de ser de los pocos que saben expresarse en la lengua de Cristo y no están dispuestos a permitir que se extinga.El templo católico de San Sergio y San Baco, en Maalula es uno de los pocos lugares del planeta donde se puede escuchar el "Padre Nuestro" en arameo. Pero es el único momento de la liturgia, ya que el resto se dice en árabe, y también las biblias que usan los feligreses están en árabe.
Sin embargo, la población de Maalula está contenta de que ahora haya una escuela gubernamental que da cursos de arameo, así que ahora niños y mayores tienen la oportunidad de estudiarlo en un centro académico.
Pero en las tiendas del vecino monasterio de Santa Tecla, no se puede encontrar en arameo nada más que una cinta de los cantos del Viernes Santo, aunque hay varios manuales básicos de autoaprendizaje del arameo en español, alemán, inglés y francés.
Una lengua que ha sobrevivido tres mil años gracias al aislamiento de sus pueblos corre ahora peligro por la temida globalización.
El ex alcalde de la localidad, Azer Barquil, añade que las nuevas generaciones de la localidad que quieren tener acceso a la tecnología avanzada y conseguir una buena carrera han empezado en los últimos años a abandonar Maalula para buscar una vida más moderna en Damasco.
Y de hecho, los hijos de Barquil se matricularán durante las vacaciones del próximo verano en la nueva escuela de arameo para mejorarlo. Sorprende que el apego al arameo se encuentra igualmente entre la minoría musulmana de Maalula, orgullosa de hablar la lengua de Jesús (pues los
musulmanes veneran a Cristo como a un profeta).
Desde la niñez, han aprendido a hablar el arameo de sus padres, como Mahmud Ali, que afirma que es la lengua de su pueblo. Deja claro que le gusta ser un musulmán que habla la lengua de Cristo.
Si en Malula, los musulmanes, que suponen sólo el 25 por ciento de la población, dominan el arameo, en los otros dos pueblos vecinos musulmanes de Yabadín y Sarja, todos los habitantes lo hablan perfectamente, según Barquil.
Entre esos tres pueblos, llegan a 18 mil los "arameohablantes" sirios, casi los únicos del mundo que hasta hoy en día hablan la lengua de Jesús, junto a algunos más en Israel y en Irán.