Josep Vicent, director de The World Orchestra, pide al público recree en su mente una escena.
"Imagínense al torero que está en su espacio antes de salir al ruedo y que reza y que tiene miedo y que escucha afuera que la fiesta está en marcha y que la fiesta va con él, pero que él no siente del todo una fiesta sino que casi prefiere no salir".
De pronto emergen violines, contrabajo y violonchelos, enérgicos, tensos como si en cada acorde se ahogara un grito de aquel torero; llega la cadencia del sonido, el torero de la obra de Joaquín Turina que hora antes de encontrarse con el objeto de su miedo.
Durante los ocho minutos que duró "La Oración del Torero", hasta los niños guardaron silencio en el recinto del museo Rafael Coronel.
El dramatismo musical pasmó a los asistentes, parece siguieron las indicaciones de Vicent que les pidió mimetizarse desde el silencio en la escucha de aquel torero temeroso que les habla por medio de la música y termina por encontrarse con la bestia, su destino.
Los aplausos surgen espontáneos, despertando con el desenlace.
"Me gusta esta obra porque creo define con claridad el proceso místico de un ser humano ante una gran responsabilidad, ante un momento muy importante de su vida, tanto el riesgo como en ilusión, en responsabilidad política social, la que sea", explica Josep Vicent a la audiencia.
Y arriba del escenario los músicos todos jóvenes lucen sonrientes, saludables. El toro no los asustó ellos están ciertos que su misión es llevar el mensaje de paz al mundo con la música como lo han hecho en viajes por China, España, Líbano, Austria, Chipre, hoy les tocó por primera vez hacerlo en México, en Zacatecas.
Siguen a su director con delicadeza, suma atención, fuerza y alegría lo mismo para interpretar a Mozart, la sinfonía clásica de Sergei Prokokieff o los Tres Movimientos Tanguísticos Porteños del compositor argentino Astor Piazzola.
"Es fantástico porque estamos haciendo buena música con un buen propósito, si Dios permite quiero estar siempre aquí", dice un joven músico brasileño.
Como él todos los que integran este grupo de jóvenes con esperanza sienten que viven un sueño que poco a poco se construye en realidad.
Con este concierto The World Orchestra integrada por músicos de 40 países culminó su gira por la entidad que incluyó un concierto en una comunidad de Villa de Cos clavada en el semidesierto zacatecano.
"Esta es mi primera gira internacional con la orquesta, haber ido al semidesierto me dejó una experiencia única que me hizo crecer como persona y como músico, venimos a motivar a los jóvenes para que dejen la calle y se unan a la música, es lo que queremos", dice Jeormi Liviano, músico dominicano de apenas 26 años.
En lo que va del año en Zacatecas han muerto por hechos violentos 230 personas, de ellas según la Procuraduría de Justicia 185 fallecieron por enfrentamientos entre grupos delictivos y fuerzas de seguridad o bien por enfrentamientos directos entre agrupaciones rivales.
Los integrantes de esta orquesta entienden con Gandhi que no hay camino para la paz, la paz es el camino.
"La paz es cuestión de salud", afirma el archivista de The World Orchestra, un español que trabaja en ella desde su refundación en 2004.
"Hay veces que en México se palpa la falta de paz por la guerrilla, la droga y ante eso tiene más sentido hacer gestos por la paz", señala quien se encarga de tener todos los archivos y partituras dispuestas cuando el director y los suyos las requieran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario